Cómo Prevenir y Controlar las Enfermedades Crónicas - ENT

A las enfermedades de larga duración y progresión lenta se les conoce como enfermedades crónicas o enfermedades no transmisibles (ENT). Estas se caracterizan por un proceso degenerativo de órganos y tejidos, pueden ser congénitas o hereditarias y por lo general se manifiestan a una edad avanzada.  

Según la OMS, se ha determinado que las enfermedades crónicas o no transmisibles (ENT) son la principal causa de discapacidad y muerte en el mundo ya que representan el 71% de las muertes.

Lo más alarmante es que las enfermedades crónicas – ENT causan el 39% de las muertes prematuras en el mundo, de ellas el 80 % son producidas por estos 4 grupos de enfermedades:

● Enfermedades cardiovasculares

● Diabetes

● Cánceres

● Enfermedades pulmonares

Asociadas a estos 4 grupos de ENT existen dos tipos de factores de riesgos:

● Los factores de riesgo comportamentales modificables como la inactividad física, el consumo de alcohol y tabaco, así como una dieta no balanceada.

● Los factores de riesgo metabólicos como el sobrepeso, la obesidad, el aumento de la tensión arterial, la hiperglucemia (nivel alto de azúcar en la sangre) y la hiperlipidemia (la sangre contiene demasiados lípidos (grasas), como colesterol y triglicéridos).

El pasado 17 de mayo la OMS en conjunto con la OIT publicaron los resultado de un estudio que referenció un incremento del 42% en el número de personas muertas por enfermedades cardiacas y un 19% en enfermedades cerebrovasculares, fruto al trabajo prolongando.

El 72% de la población que falleció eran hombres. El estudio determinó que “La mayoría de las muertes registradas fueron entre personas que tenían entre los 60 y 79 años y que habían trabajado durante 55 horas o más por semana entre las edades de 45 y 74 años”.

La relación entre las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares con el
trabajo tiene su origen en el estrés psicosocial.

Ya sea por las hormonas del estrés liberadas por las jornadas extensas o ante las respuestas conductuales al estrés como el consumo de alcohol, tabaco, la falta de
actividad física, las alteraciones del sueño y la mala alimentación.

De allí la importancia de fomentar entre los trabajadores estilos de vida saludable.

¿Cómo controlar la salud cardiovascular?

El control de la salud cardiovascular tiene como mínimo 5 pruebas de detección claves:

La primera de ellas es la Presión Arterial. Controlarla es de gran importancia ya que la presión arterial alta, aumenta el riesgo de enfermedad cardiaca así como de accidente cerebrovascular. Si la presión arterial está por debajo de 120/80 mm Hg, es normal.

La segunda el Perfil Lipídico, que mide los niveles de colesterol en la sangre. Este control debe hacerse cada cuatro años a partir de los 20 años o antes de acuerdo a las indicaciones del médico.

La tercera es el Índice de Masa Corporal (IMC). Este se calcula en base al peso y la estatura del paciente. Este dato es comparado con el promedio de la población y se usa como indicador de sobrepeso u obesidad.

La cuarta es la Glucosa en Sangre. Medir el nivel de azúcar en sangre permitirá diagnosticar enfermedades como la diabetes que si no es tratada, puede provocar
enfermedad cardiaca y accidentes cerebrovasculares.

La quinta está relacionada con su estilo de vida. El tabaquismo, la dieta y la inactividad física son factores de riesgo de enfermedad cardiovascular y accidentes cerebrovascular.

El punto de partida en la gestión de las enfermedades crónicas – ENT es la detección temprana, de allí la importancia de realizarse chequeos anuales que permitan diagnosticar estas enfermedades e iniciar con el tratamiento
oportunamente.

El papel de los laboratorios clínicos en la detección temprana de enfermedades crónicas

Los exámenes de laboratorio son herramientas diagnósticas que le permiten a los
médicos descartar o diagnosticar enfermedades y en general pronosticar el estado de salud del paciente. En otros casos son usados para realizar el seguimiento a la evolución de los pacientes ante tratamientos médicos.

Los exámenes básicos o de rutina se les conoce como paneles o perfiles y sirven
para detectar la función de los órganos. Dentro de ellos encontramos:

● Hemograma completo. Este se usa para evaluar el estado de salud general y detectar una gran variedad de enfermedades como infecciones, leucemia,
anemia, etc.

● Urianálisis completo. Este permite detectar una gran variedad de enfermedades como insuficiencia renal, diabetes, enfermedades del hígado e infecciones del tracto urinario.

● Sangre oculta en heces. A través de este exámen se diagnostican enfermedades como el cáncer colorrectal u otros problemas, tales como pólipos o úlceras.

● Perfil renal: Nitrógeno de urea, Creatinina, Ácido úrico, Proteína total,
albúmina/globulina calcio, glucosa. A través de este conjunto de pruebas se valorar la función renal.

● Perfil lipídico: Colesterol, LDL; HDL; triglicérido. A través de él se mide la cantidad de colesterol y triglicéridos en la sangre.

● Perfil hepático: Bilirrubina, total y directa, AST, LDH. Se usa para diagnosticar y supervisar enfermedades o daño en el hígado.

● Perfil tiroideo: TSH, T3, T4. Son usadas para evaluar la función tiroidea.

● Panel básico metabólico: Electrolitos, glucosa, nitrógeno de urea, creatinina. Este exámen aporta información sobre el nivel de azúcar y calcio en sangre, el equilibrio de los líquidos en el cuerpo y el funcionamiento de los riñones.

Es común preguntarse cuáles exámenes requieren preparación y cuáles no. En la siguiente tabla te ayudamos a resolver esta duda.

Los exámenes de laboratorio son importantes dentro del diagnóstico médico, estos
deben ser interpretados por un profesional del área de la salud, ya que a partir de ellos se determinará el tratamiento adecuado. Programa los exámenes de laboratorio de tus trabajadores.

 

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